Somos energía. Somos un cuerpo, con sangre, huesos, músculos, pero que requiere una gran dosis de energía para actuar. Por esto nos alimentamos, descansamos, cuidamos la salud física y mental.
Pero hay otra energía que también tenemos que alimentar y que nos nutre aunque la neguemos, la evitemos, la evadamos: la energía del Alma.
La que se genera de los sentimientos, las alegrías, la plenitud. Es energía positiva que además ayuda a mover el cuerpo físico. Hay miles de mecanismos para captar, generar, producir esta energía positiva. La meditación, la risa, los placeres, los afectos, hay tantos mecanismos como seres hay. Yo considero a uno de todos ellos como el más poderoso de los métodos generadores de energía positiva: el abrazo.
La que se genera de los sentimientos, las alegrías, la plenitud. Es energía positiva que además ayuda a mover el cuerpo físico. Hay miles de mecanismos para captar, generar, producir esta energía positiva. La meditación, la risa, los placeres, los afectos, hay tantos mecanismos como seres hay. Yo considero a uno de todos ellos como el más poderoso de los métodos generadores de energía positiva: el abrazo.
El abrazo sincero, ese contacto fuerte y afectuoso, franco, lleno de calor y de cariño, cuando es sincero, cuando proviene de un amor, de una persona querida, de nuestros hijos, de una amistad, es el mejor cargador de pilas para las baterías de nuestra energía positiva. Algunos necesitan ir de viaje, ir de compras, comer, dormir, gritar, jugar, etc.. No es malo, pero nos da satisfacción externa momentánea. No nos plenifica el espíritu.
Otros necesitan estar solos. La soledad nunca es buena cuando uno está con la guardia baja. Se generan fantasmas que nos rondan y nos hacen tener visiones y pensamientos muchas veces negativos.
Este contacto físico breve, sincero, cariñoso, caluroso, en silencio, con quien nosotros consideremos apto, recarga la energía de ambos, del que abraza y del que es abrazado. Y nos carga el alma, el espíritu ¡porque nos carga internamente!. Es esa energía mental y espiritual que nos mueve a funcionar como seres humanos. Todo lo demás, lo externo, sirve para vestir el cuerpo que tenemos pero no llega a saciar la necesidad del alma.
Cuando nos cargamos de esta energía positiva bloqueamos en gran medida la energía negativa de los otros.
ABRACEN CON EL ALMA Y SE COLMARAN DE BIENESTAR
ANA DE SANTIS