6 ene 2011

CREER EN ALGUIEN...CREER EN ALGO...SIEMPRE....

Creemos en algo. Creemos en alguien.
¿que es creer? ¿qué significa?. Tiene varias definiciones. Podría decirse que "creer" es tenerle confianza a otra persona, es dar por cierto algo o aquello que nos digan como verdad, es aceptar mediante la Fe todo lo divino, lo místico, lo espiritual y religioso.  
De alguna forma, sea llamado como sea, creemos, depositamos nuestra Fe en algo o en alguien.
El agnóstico opina que no cree en aquello de lo que no puede probar su existencia pero tampoco lo desconoce; el ateo frontalmente dice no creer en Dios y el teísta cree indefectiblemente en su Dios aunque no lo vea.
Hay Santos, Angeles, Astros, Dioses paganos, objetos que resultan depositarios de nuestra Fe.
Hay signos, síntomas, llamados, indicios, intuiciones, estigmas, que nos hacen creer que algo más allá de nosotros, hay.
Hay muchas religiones, parlanchines, religiosos, pastores, buenos y malos oradores, astrólogos.
Hay cielos poderosos sobre nosotros. 
Resultamos ser un maravilloso pero diminuto grano de arena en ese Universo infinito. Y un día tomamos conciencia de ello.
En definitiva, todos creemos.
En algún punto de nuestras vidas cuando nos perdemos, descarrilamos, nos precipitamos barranca abajo por el dolor, la tristeza, la angustia, la congoja de  que nada tiene razón de ser, necesitamos pensar, sentir, saber que habrá algo Divino que nos ayudará a renacer, a resurgir, a revivir.

Cuando en algún peldaño de la Escalera de la Vida tenemos una inmensa necesidad de sentir que algo piadoso y fuerte, por encima de nuestras cabezas, nos ayudará a recobrar la calma, la salud, la paz, el amor.
Cuando nos percatamos de que solos no podemos, que muchas cosas escapan de nuestras manos, nuestro manejo, nuestra decisión. 
Es cuando rezamos, oramos, rogamos. 
Hablamos al Cielo mirándolo con cuerpo y alma. 
Imploramos, deseamos fervientemente desde nuestros corazones y mentes que el dolor, la angustia, el pesar, la tristeza se vayan lejos, que desaparezcan. Que un viento huracanado nos arranque todos los males.
Que la oscuridad que nos invade el Alma torne en una luz brillante, clara, radiante.

Así es como los seres humanos reconocemos la superioridad divina sobre nosotros, y cada ruego, cada rezo, cada oración no son más que gestos, símbolos de humildad y sumisión ante el Universo o el Dios en quien depositemos nuestra Fe.
Y esto es sano, es hermoso, vital!. 
Reconocernos en nuestra real dimensión y en la necesidad del otro que todos tenemos, es un acto divino en cada ser humano, sea del credo que sea.
Y es totalmente necesario.
Debemos practicar y conjugar el verbo creer con mucha mas asiduidad desde lo mas profundo del Alma para que sea honesto, sincero, glorioso.
Creer en todo aquello que nos brinde plenitud, felicidad, bienestar, paz.
Creer en todo aquello que nos haga mejores seres, más sanos de Espíritu, que nos energice positivamente.
Creer en todo aquello que no nos pida algo material a cambio para ayudarnos.
Creer en Dios, el Universo, Buda o quien quieras que libere tu Alma y tu Mente de las energías negativas que pueden invadirte, que sane tu cuerpo, purifique tu mente.
Creer en alguien que nos brinde su mano tranquilizadora, su abrazo cargador de baterías, sus palabras de aliento.
Creer 

Simplemente creer


ANA DE SANTIS