26 ago 2011

SOBRE LA MEMORIA Y EL RENCOR

Una vez escuché en la tele "no soy rencorosa, tengo memoria que no es lo mismo" y me encantó.

Un día aprendí que es verdad y entendí la diferencia entre rencor y memoria, que muchos consideran sinónimos. Personalmente, estoy convencida  que no. 


Busqué definiciones de diccionario para la palabra rencor y hallé: "Resentimiento arraigado y tenaz. Sentimiento de hostilidad o enemistad hacia una persona motivado por una ofensa, daño o perjuicio sufrido."

Busqué definiciones dentro mío para la palabra rencor y encontré un sentimiento totalmente negativo, yo no tengo tiempo para albergar esos sentimientos nefastos, pensé. Un sentir que consume y deteriora al Ser. Por suerte o por crianza, no lo siento. 

El rencor saca lo más ruin de nosotros; hay quien vive su vida entre el rencor y la envidia, el odio y la mentira. Vivir esperando el momento oportuno para vengar el daño, guardando en nuestro cuerpo, corazón y mente un sentimiento que causa angustia, tristeza, dolor, nos vuelve seres oscuros, Almas Oscuras. Y el ser humano se transforma bajando a la categoría de monstruo.

Rabia, enojo, bronca por situaciones que nos perturban, son motivadores pasajeros de reacciones de defensa, a veces equivocadas. Cuando dejan de ser pasajeros y se convierten en permanentes porque no pueden liberarse, quedando almacenadas en nuestros corazón y mente, se transforman en rencor, en odio, en maldad.

Permanente es el ataque que podemos padecer de gente mala, de Espíritus Opacos u Oscuros. Pero debemos aprovechar para aprender, para conocer a quienes nos rodean, para discriminar quien nos hace bien y quien nos hace mal.

El rencor, como sentimiento negativo, solo nos mueve a mantener actitudes negativas hacia los demás. Pretende devolver con daño, el daño recibido.

La memoria, por el contrario, es una cualidad positiva. No olvidar el daño es aprender a no repetir situaciones que nos afectan, nos protege de aquellos que alguna vez nos dañaron. Pero fundamentalmente significa "aprehender" (captar, asimilar, percibir, comprender, entender, concebir) la experiencia como en todos los ordenes de la vida, para madurar, crecer  y ser Seres Transparentes, con Luz propia, para no permitir que nos avasallen, para que esas vivencias oscuras no crezcan en nosotros y, menos, echen raíces.

La memoria nos protege y a la vez nos impide provocar en otros aquello malo o negativo que nos hicieron porque conocemos sus efectos. Esto, siempre y cuando seamos capaces de comprender a la memoria como un enorme recordatorio de lo que somos como seres humanos, llenos de amor y energía positiva. Sino, de nada vale tener memoria. Sino es una gran mentira.
Aquellos que enmascaran ser memoriosos con actos de venganza, solo se mienten así mismos creyéndose lo que no son: terminan siendo tan rencorosos como el que más. Estos no avanzan en la Escalera de la Vida, quedan atascados en algún rellano o peor aún, descienden peldaños sin prosperar.

Tal vez alguien interprete que si no hay rencor, no habría Justicia o que ésta proviene de aquel. Valga expresarme en este sentido, nada más erróneo: la Justicia es un acto reparador, de razón, imparcialidad, rectitud;  no implica venganza ni daño como pretende el rencor.

Vivamos sin rencor, sin odios, sin maldad. Seamos cada día mejores seres humanos, viviendo con total positividad y ésta volverá como un bumeran a nosotros.

SEAN FELICES


ANA DE SANTIS